viernes, 9 de noviembre de 2012

En severa crisis depresiva un migrante:

Hace 6 años quiso alcanzar el
sueño americano, por una u
otra razón no lo ha logrado y
permanece en México, en
Saltillo. Ampliar Foto
Ampliar Foto viernes, 09 de noviembre de
2012 La tarde de este jueves rompió
su muleta en un accidente de
peatón, se hallaba en estado
de ebriedad y manifestó que
ya se encuentra desesperado:
estar ebrio se ha convertido en una manera de alejarse de
toda su problemática y ya no
sabe a quién pedirle ayuda. Está dispuesto a dejar de
embriagarse para mejorar su
condición de vida. Edwin García Villegas, tiene 30
años y nació en Honduras;
tenía 22 cuando surgió la idea
de viajar hacia Estados Unidos
y mejorar sus condiciones de
vida, superar su pobreza y ayudar a su familia; algún día
poderlos llevar con él a Estados
Unidos. Se miraba manejando una gran
camioneta, lujosa, en una casa
con todas las comodidades y
en ella sus hijos, su esposa, sus
hermanos y sus padres. "Salí de San Pedro, Sula, hasta
dos años después, cuando
reuní lo suficiente para pagarle
a la gente que nos llevó a la
frontera con México y nos
ayudó a cruzar, nos dieron indicaciones para llegar a
Chiapas y viajar en La Bestia. "Batallé como todos para llegar
a Chiapas, una noche que me
caí del tren porque me quedé
dormido y las ruedas me
cortaron el pie derecho y tres
dedos del pie izquierdo y desde entonces uso muletas y
una prótesis en el pie
derecho", recordó, mientras su
mirada se quedaba quieta, tal
como su esperanza. Mostró su prótesis, mientras
dijo que ese ya no era su pie. TRES AÑOS Ha logrado llegar a Saltillo, en
donde lleva asilado 3 años. En
la Casa del Migrante ya no le
dan auxilio, pues le dicen que
como su finalidad no es llegar
a Estados Unidos, no necesita ser ayudado. Anda penando. Los dolores por
su pierna son muchos y antes
los calmaba con
medicamentos que son
carísimos. Sigue pasando
hambres; ahora mendiga, pero lo que obtiene debe dedicarlo
para calmar sus dolores o para
comer: al final siempre opta
por comprar alcohol barato y
embriagarse, así mitiga tres
fines: el dolor y el hambre y además le sirve para olvidar
por momentos sus problemas,
su vida. Se enteró que hace un mes su
hermano fue asesinado y su
cuerpo quemado en una cárcel
de Honduras: ni sabía que
estaba en prisión. Le dolió más
que perder su pierna, confiesa. "Conservaba mis documentos.
Pensé en devolverme a
Honduras y dejé de tomar,
para juntar dinero pero a las
dos semanas fui asaltado por
unos pandilleros, me robaron el dinero y me quitaron mis
documentos, no tengo
identidad ni forma de regresar,
ya ni sé si volver sería bueno o
si continuar insistiendo en
viajar a Estados Unidos, no lo he intentado porque estoy
lisiado y así a nadie contratan
en ningún país. Ni siquiera en
México", narró, su voz se
escucha seca así como su
mirada. Aceptó la invitación a comer
unos tacos, con tal de platicar
su historia; su ánimo cambió:
prometió embriagarse menos,
comer más y hasta dijo que le
daban ánimos de caminar hasta las oficinas del DIF a
pedir ayuda. Se rompe la muleta Paramédicos de Cruz Roja
acudieron a Hidalgo y las vías
del tren en la colonia
Providencia, al sur de la
ciudad. Habían reportado que un
migrante fue atropellado por el
ferrocarril. Nada más falso, pues
solamente se trataba de
Edwin, quien al caminar por
una rejilla de drenaje muy lejos
de la vía, una pata de la muleta
izquierda se le resbaló por un hoyo de la reja. Al perder el equilibrio, se
apoyó en la muleta atorada y
ésta se rompió; cayó y se
lastimó, pero sólo algunos
raspones: lo irremediable fue
su muleta. Por Alejandro Saucedo

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