argumentaron que las estrictas
normas del INM y SAT
provocaron que cientos de
comerciantes chapines
ingresaran flores al país de forma ilegal. Foto: Diario del
Sur Organización Editorial
Mexicana
2 de noviembre de 2012 Adrián González/ Diario del Sur
Tapachula, Chis.- Vendedores
de flores del tianguis San
Agustín, uno de los más
importantes en Tapachula,
denunciaron que ante los altas tarifas que el Instituto
Nacional de Migración (INM)
cobra para permitir el ingreso
de chapines con mercancía el
comercio vía ilegal de acentúa,
aunado a que también el Servicio de Administración
Tributaria (SAT) abusa de estos
costos.
Los inconformes, denunciaron
que las tarifas que les piden a
los chapines triplican lo que pueden pagar, por lo tanto ven
mucho más fácil y factible
ingresar a través de balsas por
el río Suchiate en la frontera de
Ciudad Hidalgo y abajo del
puente que comunica a Talismán con Malacatán.
"Es mucho más fácil para los
mayoristas ingresar la
mercancía por el río, los costos
son bajos para ellos, de alguna
forma Migración y Hacienda están provocando cocostosa
los costos el ingreso de la
mercancía vía ilegal, porque
realmente no existe una
vigilancia fuera de sus
instalaciones", precisó Daniel Cifuentes, vendedor de flores.
En este sentido, comerciantes
afirmaron y cuestionaron el
trabajo de las dependencias
federales al no vigilar de forma
estricta la frontera sur con Guatemala, debido a que
siempre la mercancía que
ingresa por vía ilegal termina
vendiéndose en los mercados,
un ejemplo claro fueron las
flores para las festividades de muertos que compitieron de
forma desleal al ser mucho
más baratas que las que llegan
de México.
Asimismo, Hilda Tercero
Martínez, vendedora de flores, argumentó que si se hubiera
accesibilidad por parte de las
autoridades en no incrementar
los costos para introducir
mercancía, además de un
acceso libre a los centroamericanos, no harían
este tipo de actos ilegales,
pues señaló que todas las
personas tienen el deseo de
trabajar, lamentablemente
llegan a perjudicarlos pues dan la mercancía mucho más
barata que ellos.
Por último, los comerciantes
argumentaron no estar en
contra de las normas que
exigen las autoridades federales, sin embargo, sí
reprobaron la falta de
compromiso en lo que refiere a
una verdadera vigilancia de la
frontera, ya que al no controlar
el flujo de mercancía en su introducción al país, solo dan
entender que vigilan por
intereses económicos.
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