Mundo Un suicida afgano afirma que
preparaba un ataque para
defender el islam Por Anna Koren
Vie, 28 de Sep de 2012 14:15 Ruhullah afirmó que al planear
atentar contra soldados de
Estados Unidos solo estaba
cumpliendo con la voluntad de
Dios (CNN). KABUL (CNN) - Tras los muros de la prisión de Pul-e-Charkhi,
en Afganistán, viven 7,000
reos, algunos de los cuales
aseguran que son terroristas
recalcitrantes. Un equipo de CNN se reunió
con un terrorista confeso, uno
de los cientos que están
cumpliendo su condena en
esta prisión, en la que no hay
prisioneros comunes. Ruhullah, de 25 años, afirma
que cuando él y sus amigos
planearon un ataque en contra
de soldados estadounidenses
que se encontraban en la
provincia de Nangahar, estaba cumpliendo con la voluntad de
Dios. Dijo que se había
comprometido a usar un
chaleco bomba para matar a la
mayor cantidad posible de
"extranjeros". "La sensación
que te invade cuando estás listo para cometer un ataque
suicida es muy especial",
relata. "Nadie te puede
detener. Nadie pudo
detenerme". Nadie… excepto
la ley. La policía lo arrestó hace cinco
meses en Jalalabad mientras
planeaba el ataque. Ahora,
Ruhullah se encuentra en
espera de juicio. El orgulloso
miembro del del movimiento Talibán asegura que nadie lo
incitó a hacerlo. "Mira nuestra
situación. Los extranjeros
matan a nuestra gente,
insultan nuestra religión:
queman el Corán y se burlan de nuestro profeta Mahoma. Si
no defendemos al Islam no
somos musulmanes". En la guerra en Afganistán, los
bombardeos suicidas y otra
clase de ataques son cosa de
todos los días. Los insurgentes
modifican sus tácticas
constantemente, de acuerdo con el director de la prisión, el
general Khan Mohamed Khan.
"El enemigo no repite las
tácticas viejas. Ahora usan
mujeres y a veces niños y
adolescentes. Incluso se disfrazan de militares. No
pelean cara a cara… son
cobardes". El Talibán niega que esté
reclutando niños como
bombarderos suicidas, aunque
los hechos cuentan una
historia diferente. Las
autoridades declararon hace unos días que un huérfano de
10 años logró huir de la
custodia de los insurgentes,
quienes lo habrían obligado a
usar un chaleco bomba para
atentar en contra de las tropas de la coalición. Ruhullah tiene un hijo de
cuatro años, a quien dice
extrañar y amar. Cuando le
pregunté qué sentiría si
usaran a su hijo como
bombardero suicida, respondió: "Si eso es lo que él
quiere hacer cuando sea
mayor, no puedo detenerlo. Si
practica el islam y lo hace por
el islam, entonces es algo
bueno". Cuando habla, a veces sus ojos
se llenan de odio; sonríe a
ratos, cuando explica que todo
esto es una prueba de Dios.
"Nuestra vida empieza
realmente tras el Día del Juicio, así que esta no es nuestra
verdadera vida. El mundo es el
paraíso para los paganos y el
infierno para los musulmanes.
Sólo tenemos que ser
pacientes", asegura. Los servicios afganos de
inteligencia y las fuerzas
armadas dicen haber frustrado
decenas de ataques en los
últimos meses. Aunque eso es
una buena señal, Ruhullah afirma que hay miles de
personas como él, listas para
ponerse el chaleco bomba y
morir por su país y su religión.
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