kabul / agencias 01 de octubre
de 2012 05:00 0 votos Adrian Bradshaw, responsable
de las fuerzas internacionales
en Afganistán, informando del
ataque. AFP Tres soldados afganos, y dos
miembros del bando aliado -un
soldado estadounidense y un
contratista civil cuya
nacionalidad podría ser
también norteamericana- ha sido el balance del último
ataque perpetrado
presuntamente por un militar
afgano registrado al este del
país, concretamente en la
provincia de Wardak, según informó ayer en un
comunicado la misión de la
Alianza Atlántica en ese país
(ISAF, en sus siglas en inglés). En un primer momento, se
había hablado de un ataque
interno de soldados afganos
contra los extranjeros, pero
posteriormente se señaló que
«posiblemente» también participó la insurgencia, sin
que se conozca aún
exactamente lo ocurrido. Un
portavoz del gobierno
reconoció que, al parecer, el
detonante fue una pelea entre los extranjeros y los afganos
durante una operación
conjunta. En un escueto comunicado y
una breve conferencia de
prensa en Kabul, la Alianza
Atlántica informaba de las
bajas, si bien fueron medios de
información norteamericanos los que aclaraban la
nacionalidad de las víctimas en
un contencioso donde tanto la
misión de la OTAN como las
Fuerzas Armadas de
Afganistán se afanan por explicar al anunciar la apertura
de sendas investigaciones para
esclarecer lo ocurrido, sobre
todo después de que EE.UU.
anunciase recientemente la
intención de crear patrullas conjuntas con los soldados
afganos para restablecer el
orden en el país. Medio centenar de bajas Con las nuevas bajas, más de
medio centenar de soldados de
la Alianza Atlántica han
perdido la vida en lo que va de
año en este contencioso
internacional por ataques de fuerzas afganas, que usan sus
armas en contra de los que en
teoría son sus aliados, una
cifra sustancialmente mayor a
la registrada el año pasado,
pues el número de fallecidos por las mismas causas fue de
35. En el caso norteamericano,
la cifra de muertos en las filas
del ejercito estadounidense
supera los 2.000 soldados
desde que se desencadenó el conflicto, hace más de once
años. Dada las dificultades para
propiciar el entendimiento
entre ambas fuerzas, la
coalición ha reducido la
exposición de sus soldados y
las operaciones en las que participan, mientras que
Afganistán ha lanzado una
campaña de información para
promover el entendimiento
con las tropas extranjeras. El trabajo conjunto es clave
para la formación de las tropas
afganas, que a partir de finales
del 2014 tendrán que hacerse
cargo de la seguridad en todo
el país por la paulatina retirada de las fuerzas extranjeras, tal y
como está acordado.
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