Marjorie Borgia El martes, agosto 28, 2012 La educación en Finlandia
En el ranking del índice de percepción de la corrupción que publica
Transparencia Internacional para 2010 Finlandia aparece con un índice
de 9.2 de un máximo de 9.3, que corresponde a Dinamarca. México
ostentaba uno de 3.1 (3.6 en 2002: la corrupción aumenta sin freno).
Los niños fineses tienen el lugar número uno mundial desde 2000, en
que la prueba PISA comenzó a aplicarse a escala global, con ligeras
variaciones en algunos años, en los rubros evaluados: lengua,
matemáticas y ciencias. Los niños mexicanos ocupan el lugar 49 (PNUD
2007-2008). ¿Serán los finlandeses los niños más inteligentes del
mundo? Los científicos que han completado la secuencia del genoma
humano encuentran que los rasgos físicos externos de las personas
corresponden a sólo 0.01 por ciento de los genes. Medir la
inteligencia, las aptitudes o el carácter por el color de la piel es
algo ajeno a la realidad científica. A estas alturas del siglo XXI, el
nivel de ingreso de un país está determinado, muy principalmente, por
el nivel de conocimientos y de aptitudes de la población para resolver
problemas e innovar en todos los planos de la vida social. En 2011 el
PIB per cápita de Finlandia era de 35 mil dólares y el de México de 13
mil 900, con el agravante de que el coeficiente de Gini era en
Finlandia de 0.2688 (año 2000, último dato que pude encontrar), y en
México era de 0.5174, en 2008; de paso: en 2006 era 0.4811, es decir,
la concentración del ingreso ha estado avanzando rápidamente (el
coeficiente de Gini, entre más cerca está de cero, más pareja es la
distribución del ingreso); (datos de World factbook). ¿Por qué
Finlandia es un país de alto nivel de ingreso, tan parejamente
distribuido, y México es un desastre en el que la (pésima) educación y
el ingreso están rabiosamente concentrados? Porque Finlandia posee uno
de los mejores sistemas educativos del mundo, que empezó a reformar
valientemente hace algo más de treinta años. Por supuesto, esta es la
respuesta inmediatamente detrás de los referidos datos de Finlandia;
es necesario explicar cómo los fineses pudieron hacer la maravilla que
han hecho de su educación y que continúan mejorando. El profesor Paul
Robert, director del Colegio Nelson Mandela, de Clarensac, Gard, en
Francia, decidió averiguarlo y fue a bucear por todo el sistema
educativo finés. El programa europeo Arion le permitió hacer una
visita de estudio en ese país, en abril del 2006, que fue organizada
por Esa Räty, director del Colegio de Niinivaara, agrupando a 18
responsables de oficinas de educación procedentes de 14 países, desde
Noruega a Turquía. Reproduzco unos cuantos de los hallazgos del
profesor Robert en Finlandia. La diferencia entre niños y niñas es
mucho menor que en cualquier otro de los países participantes. Los
niños no responden tan bien como las niñas en lectura, pero la
diferencia entre unos y otras es mucho menor que en cualquier otra
parte. Y en matemática, a diferencia de los demás países, las niñas
responden casi tan bien como los niños. Otra característica notable es
que en Finlandia el impacto de las diferencias sociales sobre los
resultados de los alumnos es el más bajo. De manera muy significativa,
la cuarta parte más desfavorecida de la población de alumnos
finlandeses en términos socioeconómicos se sitúa en matemática, sobre
la media de los países de la OCDE. La proporción de alumnos que
obtuvieron bajos resultados en matemática es mucho menor en Finlandia
que en cualquier otra parte (6 por ciento contra un 21 de la media de
países de la OCDE). El hecho deriva de la gran confianza que los
alumnos fineses tienen en sí mismos, en sus competencias y en su
potencial de aprendizaje: el nivel de ansiedad relacionado con el
aprendizaje de matemáticas aparece claramente más bajo que en los
otros países. Finlandia es un país donde las desigualdades consiguen
ser corregidas mejor por la educación; es un país donde las
diferencias de capacidad entre los niños y niñas son las más bajas y
donde los alumnos tienen una valoración muy positiva de ellos mismos
con relación a los aprendizajes. La polémica por la reforma comenzó
con esta pregunta: ¿qué es necesario poner en el centro del sistema,
el alumno o los conocimientos? Finlandia eligió sin discusión la
primera alternativa. Parece incluso que un fino y profundo análisis de
las necesidades reales de cada alumno es lo que está detrás del
asombroso éxito del sistema. La idea es que un alumno feliz, bien
desarrollado [la palabra "desarrollado" no traduce, dice el profesor
Robert, el participio "épanoui". El verbo "épanouir" se refiere al
abrirse de una flor, y hace referencia metafórica a un estado de
despliegue, de expansión de potencialidades] adquirirá más fácilmente
los conocimientos
fundamentales. No se trata de la utopía de un pedagogo iluminado: es
sólo la idea que orienta la acción de todos: el Estado, las
municipalidades, los directores de establecimiento, los profesores…
Finlandia respeta profundamente los conocimientos, pero respeta aún
más a los individuos que están en proceso de adquirirlos. http://
www.jornada.unam.mx/
2012/02/21/
opinion/018a2pol
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